5ª salida del club de los gorleños.

Zona de búsqueda: Ruta de la ribera del río Peña. (Nava, ASTURIAS.)
Buscadores: Alex, Jorge, D. Ramos, D. García, D. Suarez.
Adultos: María y Michel.
Guía: Jesús.

El grupo se reunió en la plaza de Nava a la una del medio día. Salimos con los coches hacia Piloñeta. Comenzamos la ruta siguiendo el cauce del río Prá, llegamos al molino de Prá, a continuación el alto de la Cipresta y el pueblo de  Campanal. El regreso nos llevó al pueblo de Gradátila y a continuación Piloñeta, el punto de salida.

Diego Suarez nunca había visto un gorleño pero… con la ayuda de sus compañeros de equipo no tardó en comenzar a verlos. Garci tampoco tardó en ver los mismos que los demás. Al comienzo de la excursión eran tres los buscadores cualificados para reconocer a estos seres, pero no había pasado una hora cuando  los cinco reconocían en los árboles a los atrevidos gorleños que se mostraban a nuestro paso.

Un Buitre, Un cocodrilo, un cerdo, caras de duendes, el hombre palo,

carita sonriente y muchos más.

En el camino vinos molinos que aún conservan los canales por donde se conducía el agua, jugamos en el río pasando un estrecho puente de troncos, se veía bastante endeble y… “no sabíamos si resistiría el peso”, aún así…
 

Al llegar al pueblo de Campanal decidimos hacer una parada para comer.

Debajo de un hórreo encontramos un antiguo futbolín de los que funcionaban metiendo una peseta, no fue necesario, las bolas estaban fuera y pudimos jugar.

Comimos en el banco del lavadero del pueblo y a continuación pescamos cabezones (crías de rana) en el abrevadero.
Después de comer y antes de comenzar el regreso hacia Gradátila y Piloñeta, dimos un paseo por el pueblo.

Encontramos a… “la oca asesina”. Las ocas son animales territoriales, si entras en sus dominios lo defienden, en otras situaciones suelen ser tranquilas, si no las increpas, pero esta…
 

Una oca que vivía en el parque de Isabel la Católica se paseaba todos los días por la zona donde los niños se sentaban a comer palomitas y otras chucherías. Se ponía detrás de los bancos y cuando los niños estaban despistados, entretenidos comiendo sus golosinas, agitaba las alas y les chillaba asustándolos, estos salían corriendo y siempre siempre, les caían las palomitas. La oca, los patos y las palomas comían hasta hartarse  y a continuación se retiraban al estanque a descansar. El hijo de uno de los jardineros del parque, que siempre estaba por allí, se dio cuenta de lo que esta oca hacía y decidió darle un escarmiento. Al día siguiente se sentó junto a otros niños con una bolsa de palomitas en la mano, esperó a que la oca comenzara su espectáculo y cuando los demás niños salieron corriendo, él se enfrento  y asustó a la oca. Salió corriendo tras ella gritando y agitando los brazos, la oca corrió hasta el estanque y tardó un tiempo en volver a asustar a los niños.
Desde entonces todas las ocas del mundo persiguen a los niños chillando y agitando sus alas en espera de cobrar su recompensa, pero… si te das la vuelta y haces lo mismo, las asustarás y te convertirás en el perseguidor.

Nuestra oca fue perseguida por cinco niños y como era de esperar se retiró a su corral, pero en cuanto se daban la vuelta salía enfadada a perseguirlos. Menos mal que no tenían palomitas, sino… “quien sabe lo que habría pasado”.

De regreso paramos en el río, todos jugaron a hacer saltos con las piedras planas de la orilla. Pena de vídeo ¡¡¡una piedra lanzada por Ramos dio nueve botes antes de llegar a la otra orilla!!!

Seguimos camino y… bajo un árbol, observándonos, había un unicornio.
 

Se cuenta que son seres solitarios, que viven apartados y a los que el resto de los animales respetan. Se dice también que no se dejan ver más que por los puros de corazón, y que entre ellos, solo los más puros, los hechos de bondad y ternura, solo esos, los pueden tocar.
Las leyendas cuentan también que los Unicornios, a veces, se dejaban llevar y cambiaban su libertad por el cariño y los cuidados de algún niño.

<<Acudía a visitarle todos los días a la misma hora, el niño y el caballo se encontraban en el claro del bosque, una  pradera donde cabras, caballos, ovejas y vacas  pastaban tranquilas. El niño, todos los días cabalgaba a lomos del unicornio. En sus paseos, el sabio animal contaba al niño historias pasadas, aventuras que uno no se habría podido imaginar.
Los Unicornios representan la fuerza, la libertad, la imaginación, los sueños y las ilusiones.  Estos están presentes en nuestras vidas porque lo que simbolizan sigue existiendo. Las ilusiones, el deseo de libertad, la fuerza de la naturaleza, las ganas de soñar...

En el pueblo de Gradátila había muchos perros que a nuestro paso ladraban enfurecidos. Nos tranquilizó el observar que el más fiero de todos, estaba amarrado.

Una vez en los coches y como nos sobraba tiempo, decidimos hacer una parte de la ruta de las Hoces del rio Pendón.

Merendamos en el rio y regresamos al punto de salida, ya pronto comenzaría a oscurecer.
Nos despedimos hasta la próxima… aventura.